Cantan Leño que
“Las
noticias van a peor pero estamos tranquilos frente al televisor”. Y no le
faltaba razón hace ya treinta y pico de años. Hace un par de noches me
sorprendí viendo las noticias de la noche después de un largo día y la verdad
es que me indigné una vez más, casi como cada noche. Al parecer hay varios
tipos que se auto inculpan de un
asesinato frente a las cámaras de una televisión de un país por todos conocido
como “desarrollado” (qué eso también da para una larga charla). Dejando de lado
que evidentemente sólo pudo ser uno el autor material del crimen y que parece
que sería una especie de premio patriótico nacional el ser declarado como
verdadero autor de tal barbarie, mi asombro no deja de crecer al comprobar que la
noticia no cuenta nada acerca de las consecuencias penales de tal confesión. Mi
sorpresa sigue en aumento cuando ve que la noticia no expone la posición del
gobierno ni los estamentos judiciales correspondientes ante semejante barbarie.
Mi estupor crece por momentos al no recibir ningún tipo de crítica por parte de
los periodistas que dan la noticia tan fríos como de costumbre.
¿De verdad soy
tan raro que me indigno ante tal despropósito? Si el hecho de pensar que no
existe ninguna razón; repito imperativamente, absolutamente ninguna razón para justificar
la muerte a conciencia de una persona a manos de otra me convierte en un bicho
extraño, apartado de la realidad de esta sociedad hipócrita en la que vivimos,
marginal sociológica y políticamente hablando,
en definitiva lo que todos entendemos
como “raro”, pues sí lo soy. Soy raro porque pienso que nadie, y cuando digo
nadie es nadie, tiene el derecho a
disponer de la vida de otro. Porque pienso que son cómplices los que ordenan
esos asesinatos, los que los encubren, los que los disfrazan de necesarios para
la seguridad del país, los que dan la noticia al mundo entero sin el más mínimo
pudor ni crítica, y si me apuran, los que ven las noticias tranquilos frente al
televisor.
El asesinado
en cuestión, si aún no lo han adivinado, es Osama Bin Laden. Y lo que pasó
desde que, por lo visto, a él mismo se le ocurrió estrellar varios aviones en
distintos lugares de Estados Unidos y provocar miles de muertes en un asqueroso
y cobarde acto de locura terrorista sin precedentes y sin sentido ninguno, se
llama venganza. Y la educación que he recibido por diferentes cauces a lo largo
de mi vida me dice que eso está mal. Que la venganza es un acto rastrero propio
de seres indignos. Y más aún cuando esa venganza consiste en matar a tu
oponente.
Al parecer el
ser humano es así. Pero yo, con todos mis defectos, me rebelo ante eso.
“Encerrado en mi habitación / la vida parece una dura
actuación. / Fumo un cigarro, miro el reloj / mientras el mundo lucha por
cualquier razón”
(M. Tena)
Nota: La canción “Sin
solución” (con letra de Manolo Tena), que puedes escuchar al comienzo de este post, está incluida en el segundo
disco de Leño titulado “Mas madera”. En él se pueden escuchar arreglos que van
más allá de la guitarra, bajo y batería que formaban el grupo en sí. Eso es debido
a la mano de Teddy Bautista, que les produjo el disco y pensaba que algunos
sonidos más modernos les harían conectar más fácilmente con el gran público. El
siguiente disco fue “En directo” para demostrar a sus fieles que Leño seguía siendo
una banda de rock de barrio que no se vendía por nada. Aún así el propio Teddy
formó parte de la banda que acompañó a Leño en esa actuación. Mención aparte
merece el solo de Rosendo de esta canción. Bajo mi punto de vista, el mejor de
la corta trayectoria de la banda.
Salud y rock and roll.