23 de diciembre de 2012

Sí, ya es Navidad

Villancico del Rey de Extremadura by Extremoduro on Grooveshark

            Ya llegó. No sé si por fin pero ya está aquí. Llegan estos días cargados de espumillón alrededor de los cuadros, de villancicos surrealistas, de belenes con figuras humanas desproporcionadas con sus supuestas viviendas, de estrellas fugaces seguidas por tres señores: uno de barba blanca, otro pelirrojo y el último negro con sendos regalos a cual más extraño, de árboles decorados con bolas de colores y una vez más el espumillón rodeándolo todo, de estampas nevadas en plena costa del sol, de pascueros que año tras año intentan sobrevivir con tan solo sus ramitas a la llegada de la siguiente navidad, de felicitaciones sin sentido ni fondo, de calles iluminadas en exceso cual Las Vegas en su apogeo con la única intención de incentivar el consumo comercial, de loterías ilusionantes cuando es el sorteo que menos probabilidad tiene de agraciarte, de mensajes públicos de nuestros dirigentes llenos de hipócrita alegría e ilusión, de celebraciones de llegada de nuevo año como si el día 1 de enero no fuera exactamente igual al día 31 de diciembre, de tradiciones absurdas que no nos paramos a razonar ya que se nos vendría abajo casi toda nuestra existencia, de compras innecesarias para regalar a gente que no las necesita, de comidas obscenamente copiosas cuando sabemos que a la vuelta de la esquina alguien haría lo que fuera por comer la mitad de lo que te sobra en tu plato con filos dorados. En resumen, ha llegado a nuestra localidad el teatro anual de la mentira y la hipocresía. Ya es Navidad en El Corte Inglés.


            Un año más llegan estos entrañables días de paz y amor fraternal entre todos los pueblos del mundo. ¿Todos? No. Más bien casi ninguno porque el país que no está en guerra con otro u otros, lo están sus habitantes y sus familias entre sí. Pero nos da igual. Lo importante es comprar cosas, decirnos de vez en cuando lo afortunados que somos de vivir donde vivimos y la penita que nos dan los negritos del África. Con eso limpiamos nuestras conciencias y seguimos engullendo langostinos como si fueran ambrosía y el verdadero fin del mundo llegara ese mismo día después de las copas y el cava. Si los negritos hubieran inventado el catolicismo (porque no hay que olvidar que estas son unas fiestas católicas le pese a quien le pese y como tales deberían de regirse por un sentimiento real y demostrable de solidaridad, respeto y comprensión para con el prójimo) otro gallo, o mejor otro pavo, les cantaría. Y nos cantaría a nosotros, claro.



            No digo que no haya que celebrar la Navidad. Únicamente pienso que debería de ser más comedida y coherente con la verdadera esencia de la fiesta. Se conmemora el nacimiento de una persona humilde alrededor de la cual se edificó una de las religiones con más seguidores del mundo. Religión cuyos pilares fundamentales son el amor al prójimo, la ayuda a los más desfavorecidos y ofrecer la otra mejilla. Y eso no es lo que yo veo ni en Navidad ni el resto del año. ¿Por qué?

“La vida no me sonríe / me cago en la humanidad. / Hace un frío de cojones / va a llegar la Navidad. / Y si me queda algún diente comeremos turrón. / Me estoy haciendo de vientre dentro del corazón…”

         Salud y rock’n’roll

Torremolinos, 23 de diciembre de 2012